El pasado domingo
por la tarde vino una amiga nuestra, Adriana, a pasar un par de días.
Como ese día
no hizo muy buen tiempo nos dedicamos, como la gente local, a pasar el resto
del día en el pub. ¿En cuál? Pues en uno llamado The Oxford Bar. ¿Por qué
acabamos allí? Pues resulta que el escritor que os dije hace tiempo, Ian
Rankin, y el personaje principal de las novelas que me he estado leyendo, John
Rebus, son asiduos a ese bar y yo quería visitarlo.
Se sale un
poco de los típicos pubs para turistas, éste es más para la gente del barrio y
aunque no es muy grande me gustó bastante.
Al día
siguiente era el día grande! Alquilamos un coche y nos dirigimos hacia nuestra
primera parada, Loch Leven. El lago es bastante grande y tiene dos islas, una
de ellas con castillo incluido, el LochLeven Castle, que fue dónde estuvo
prisionera la reina María Estuardo y fue forzada a abdicar en favor de su hijo.
Dimos una vuelta por allí, admiramos las vistas y sobre todo aprovechamos ese
solazo que hacía!
Continuamos
yendo por la carretera de la costa hasta nuestra siguiente visita, un pueblo
pesquero llamado Arbroath, famoso en Escocia, entre otras cosas, porque allí se
firmó la Declaración de Arbroath en 1320, que establecía y reconocía claramente
la existencia de Escocia como reino independiente y su derecho a defenderse con
la fuerza en caso de ser atacado.
Había poca
actividad por la parte del puerto y muchos de los pubs estaban cerrados,
supongo que como era lunes…Es uno de esos sitios que cobran vida los fines de
semana y en verano, pero así también pudimos verlo con calma. La calle principal
ya estaba más animada pero lo que más nos gustó del lugar fue un camino que te
llevaba bordeando unos acantilados.
Seguimos la
ruta, pasando por campos verdes, otros llenos de flores y por fin llegamos al
punto fuerte del viaje, Dunnottar Castle, una fortaleza medieval en un
acantilado...qué más se puede pedir! Por la hora a la que llegamos no pudimos
entrar, pero yo sólo dando la vuelta alrededor fui más que feliz.
Stonehaven
fue nuestra siguiente parada. Un pequeño pueblo muy cerca del castillo. Estuvimos descansando en la playa.
Y ya por fin
iniciamos el viaje de vuelta parando para descansar en un último pueblo llamado
Perth. Lo mejor, el camino que tiene bordeando el río, perfecto con esa luz de
atardecer. Lo más extraño, que sobre las 8 de la tarde no había prácticamente
nadie por la calle. Parecía un pueblo fantasma; es bastante grande y conocido
pero se notó mucho la diferencia con Edimburgo. Y lo más curioso, que íbamos
buscando cenar en un pub y en 2 que entramos no servían comida y el tercero que
intentamos estaban cerrando. Así que nos tocó cenar en un sitio de esos de
hamburguesas/kebabs etc.
Y ya acabo,
dándole las gracias a mi chica por lo bien que condujo y que nos permitió pasar
un día estupendo!! Os dejo con alguna fotillo de nuestro coche, que me encantó, y una última imagen del Dunnottar Castle.
¡Que paséis unas buenas Pascuas!