Prisons of War Exhibition. Los sótanos del Castillo
de Edimburgo se utilizaron como cárcel para prisioneros de guerra desde finales
del XVIII a principios del XIX. La mayoría habían sido capturados en alta mar
durante la Guerra de la Independencia americana y entre ellos hubo, por supuesto
americanos, pero también franceses, italianos, españoles, irlandeses…
Algunas
cosas curiosas que vimos fueron 3 puertas de madera procedentes de aquella
época en la que se podían ver algunas inscripciones hechas por varios prisioneros:
algunos nombres, fechas, dibujos de barcos…Aunque también es verdad que leí una
que ponía “John was here” del año 90...
Pudimos ver
cuanta ración diaria de comida tenían
derecho por ley los prisioneros. Ésta incluía un par de pintas de cerveza, algo
de pan, ternera, mantequilla…Pero a los americanos, que oficialmente eran
reconocidos como los rebeldes, como piratas, sólo les tocaban una libra (que son
unos 450g) de pan al día.
Resulta que
muchos de los prisioneros eran artesanos con gran talento y utilizando
materiales como los huesos de la comida, la madera, papel etc. hicieron cosas
asombrosas que luego vendían, como joyeros maquetas, etc. La que más me gustó es ésta.
The Royal
Palace. Donde los reyes y reinas de Escocia vivían cuando
estaban en Edimburgo. Fue su hogar durante siglos. Allí se explica la historia
de la realeza escocesa.
En una de
sus habitaciones, llamada The Crown Room (la Sala de la Coronación)
se pueden ver The Honours of Scotland, las Joyas de la Corona de Escocia: la
Corona, el Cetro y la Espada. Forman uno de los juegos de atributos reales más
antiguos de la cristiandad. El Cetro fue donado en 1494 y la Espada, la Vaina y el Cinto en 1507. Fueron regalos del Papa (Alejandro VI y Julio II respectivamente).
Las Joyas de la Corona se escondieron 3 veces a lo largo de la historia. Dos
veces durante la década de 1650-1660 para evitar que los ingleses se hicieran
con ellas y la última en la Segunda Guerra Mundial, en caso de que los Nazis
invadieran.
En esa sala
también podemos ver The Stone of Destiny, la Piedra del Destino. Era y sigue siendo
un símbolo muy valioso para Escocia. Las ceremonias de coronación de los primeros
reyes de Escocia eran al aire libre y probablemente el rey se sentaba en la
Piedra, que simbolizaba la unión del monarca, la tierra y el pueblo.
Pero en el
año 1296, el rey Eduardo I de Inglaterra invadió Escocia y la robó llevándosela
a Londres, donde permaneció en la Abadía de Westminster hasta 1996, cuando
regresó a Escocia.
He leído que
el rey Eduardo I puso la Piedra del Destino en un trono que a partir de ese
momento se utilizó siempre en las coronaciones de los monarcas ingleses y luego
británicos (cuando Escocia e Inglaterra se unieron en 1707) y a pesar de que
ahora esté en Edimburgo, parece ser que será llevada a Londres para las futuras
ceremonias de coronación.
¡Eso es todo! Fue una visita muy interesante en la que aprendimos un poco más de la historia de Escocia. Me gustó estar allí pensando en todo lo que había pasado a lo largo de los años en ese lugar, ver construcciones de cientos de años que todavía se conservan...
Para acabar, os actualizo un poco de cómo están las cosas por aquí. Ya estamos totalmente en ambiente navideño y para no ser menos ya hemos puesto nuestro pequeño, pero no por ello menos especial, árbol de Navidad. Ya empieza a hacer un frío que pela y esta mañana nos hemos levantado con un manto blanco cubriendo el jardín y los tejados. No ha nevado mucho así que no durará. Esta tarde tengo que salir así que espero no resbalarme y caerme!!!!
¡Un beso a todos y disfrutad del puente!