Robert
Burns fue un poeta escocés y uno de los autores más conocidos y respetados de
Escocia. Para conmemorar su vida y su obra, cada 25 de enero, día de su
nacimiento, se celebra lo que se conoce como Burns supper, Burns Night, Robert Burns Day…En
este día la gente se reúne para cenar, y lo que tiene de especial es que hay
una pequeña ceremonia en la cena que ahora os contaré, se come haggis, se bebe whisky y se baila el ceilidh. Todo muy escocés. Nosotros este
año fuimos con unos amigos a celebrarlo y la verdad es que nos lo pasamos muy bien.
Cuando llegamos nos sentamos en nuestra mesa, que como podéis ver no le faltaba
detalle, y nos sirvieron un poco de zumo de manzana y whisky. Ya había vino
blanco y tinto en la mesa y una jarra de agua fría.
La velada empezó con el anfitrión dando la bienvenida a los invitados y luego
nos levantamos todos para recibir al plato principal. Y ahí que nos vemos al
gaitero, seguido por el cocinero, que llevaba en una bandeja un gran trozo de haggis con forma de morcilla, y detrás
de él a nuestro anfitrión, dándole vueltas a dos pequeñas botellas de whisky.
Todo al ritmo de la gaita claro.
Los
tres se pusieron delante de todos y el anfitrión recitó el poema que Robert Burns escribió dedicado al haggis, Address to a Haggis.
En
un momento dado, cuando se estaba recitando el poema, el cocinero cogió un
cuchillo y abrió el haggis, de un extremo al otro. He leído que eso lo hace
cuando el poema llega a los versos que dicen
“His knife see
rustic Labour dicht
An' cut you up wi' ready slicht.”
Cuando el poema acaba se hace un brindis con whisky y ya te puedes sentar. El gaitero, el cocinero (con el haggis en volandas) y el anfitrión se van a la cocina.
A continuación nos sirvieron la cena, haggis
por supuesto, que normalmente va acompañado de puré de patatas y puré de nabo. Por
aquí se le conoce como Haggis, Neeps and
Tatties. En esta ocasión además, lo acompañaron con salsa de whisky.
Como no soy muy fan del auténtico haggis, me pedí la opción vegetariana. |
El postre fue una pequeña tartaleta de hojaldre rellena de crema de
frambuesa. Sweet Pastry Tartlet filled with Raspberry
Cranachan. Os lo pongo también en inglés para explicaros que
el cranachan, que era la especie de crema de frambuesa, es también una receta
escocesa.
Para acabar también tuvimos té/café y toffee escocés, y durante toda la
cena hubo una chica tocando el violín. Ché tú, ni en un restaurante 5
estrellas!
Arnau, con el postre y mi whisky |
Y llegó la hora de bailar. Antes de cada baile nos iban enseñando los pasos
y luego, cuando ya más o menos estaba controlado se ponían a tocar la canción
entera. Y para resumir, en general los ceilidhs son un no parar: bailas en pareja, en círculo, en grupo y das vueltas, vueltas y
más vueltas. Pero es muy divertido. Además al tocar una banda en vivo van
cambiando el ritmo de la canción, acelerándola o haciéndola más lenta y así también
haces que la canción y el baile sean más dinámicos.
Como la gente se iba cansando e íbamos teniendo sed nos ofrecieron también botellas de IRN-BRU, que no sé si ya he hablado de ellas, pero por si acaso,
aquí os pongo una foto, es una bebida que se hace en Escocia y aquí sus ventas
están al mismo nivel que Coca-cola o Pepsi, e incluso he leído que las superan.
Yo la he probado y para que os hagáis una idea es como beber chucherías de
lo dulce que está. Vamos, sano, sano.
El ceilidh acabó con todos
bailando en círculo la canción Auld Lang
Syne, que si el título no os dice nada, quizá sí cuando la oigáis. Es un poema de Roberts Burns.
Así que por un precio más que razonable, solamente 7 libras, pudimos disfrutar de una velada
totalmente escocesa a la que no le faltó de nada.