PENTLAND HILLS

     En la Catedral de St. Giles’ suelen hacer conciertos gratuitos de música clásica y el domingo nos fuimos a escuchar uno. Hacía tiempo que no iba por allí y casi había olvidado lo mucho que me gusta esa catedral. Además, estar allí oyendo música creó una atmósfera de lo más mágica. Creo que si podemos iremos a algún otro.

     Aunque luego había niebla y chispeaba nos animamos a pasear un poco por los Meadows, ya que quería ver si los árboles ya estaban en flor…y sí lo estaban!!

     Por otro lado, el martes tuvimos un día buenísimo así que por fin nos llegó el momento de visitar las Pentland Hills. Quería haber ido mucho antes, pero entre unas cosas y otras lo iba retrasando. El martes ya no había excusas… Y cómo me gustó!!!!

   Elegimos empezar nuestra ruta por la zona de Swanston, para pasar por Swanton Village, un pequeño conjunto de casas blancas del s.XVIII. Aunque antiguamente no eran una maravilla (los suelos eran de tierra, no había electricidad, ni agua corriente etc.) A mediados de los años 60 los restauraron y ahora son idílicas casas privadas que deben de costar un potosí.

     Y empezamos la subida, cada vez teniendo unas vistas de Edimburgo más impresionantes.

     Además nos llevamos una gran sorpresa, y es que nos encontramos con unas cuantas vacas escocesas.  Era algo que también quería ver antes de volver, así que objetivo conseguido! La primera que vimos impresionó bastante, porque estaba justo en nuestro camino así que tuvimos, sin prisa pero sin pausa, que pasarla muy de cerca. Y tienen un pedazo cuello, una cabeza y sobre todo ¡unos cuernos! que no dejan indiferente. Una vez la pasamos nos encontramos con algunas más que estaban también tan tranquilamente a sus asuntos: pastando tan ricamente, tomando el sol…

Ésta no paraba de mirarme. Y qué arte para posar

     

     Y seguimos la subida hasta llegar al pico que queríamos, Allermuir. Vistas desde un lado y desde el otro te dejaban sin aliento.

     Nuestra siguiente parada era un pequeño lago, Bonaly Reservoir, y aunque nos liamos un poco y casi nos metemos en una zona de entrenamiento militar, al final volvimos al camino correcto y pudimos disfrutar de un lunch de lo más tranquilo.

    Después del descanso seguimos caminando hasta Torduff Reservoir…

     Y luego ya acabamos viendo Clubbiedean Reservoir. Algo más pequeño que los otros y en éste se podía pescar.

     Acabamos cansados, quemados (en especial la nuca de Arnau) pero muy satisfechos! Eso sí, menos mal que cuando vamos a los sitios cogemos panfletos de todo y teníamos en casa un mapa de las Pentland, porque las señalizaciones un poco escasas! (la única queja).

Último camino que recorrimos antes de coger el bus. Las hojas ya empezando a salir, pero no hay tantas como para que no se puedan seguir distinguiendo las formas de los árboles y sus ramas.