Tuesday 10 July 2012

McGRAU’S TRIP. PART 4


     Al día siguiente nos levantamos con un día de sol estupendo y nos fuimos a ver el castillo de Eilean Donan. Según dicen es de los castillos más fotografiados de Escocia, y viéndolo en medio del lago (de hecho se encuentra en el punto donde 3 lagos conectan) y con el puente como única manera de acceder a él, la verdad es que lo entiendo perfectamente…



   Como dato curioso, el castillo y los alrededores han sido utilizados en  muchas películas como Los Inmortales, (una de nuestras pelis de la adolescencia), El Mundo Nunca Es Suficiente (James Bond), etc.

    Os resumo la historia del castillo: a pesar de que el lugar fue habitado por primera vez alrededor del siglo VI, el castillo como tal empezó a construirse a mediados del s. XIII. Y desde entonces se remodeló y cambió hasta en 4 ocasiones. Estuvo deshabitado y en ruinas durante 200 años hasta que uno señor del clan MacRae lo compró a principios del s. XX y lo reconstruyó para intentar devolverle su antiguo esplendor. Y en parte lo consiguió, es innegable cuando estás allí dentro y ves las vistas, teletransportándote en cierta manera a tiempos pasados, e imaginando lo  que vieron aquellas personas que a lo largo de todos esos años estuvieron defendiendo el castillo (y esa entrada al resto de Escocia) contra vikingos primero,  e ingleses después.

Vistas desde el castillo





     Por otro lado, las reconstrucciones que se han hecho de la cocina, o el comedor son según cómo era todo a principios del s. XX y claro, eso no es que sea muy medieval, aunque también fue interesante de ver la verdad. Parte del castillo no se puede visitar porque sigue siendo residencia veraniega del clan MacRae… Vamos, un chaletito de nada.

     Después de recorrernos todo lo que era visitable y hacer mil fotos nos pusimos en marcha hacia nuestro siguiente destino y nuestro tercer B&B que estaba en Aberfeldy. Aquí os dejo alguna estampa del camino.




     Este último B&B también estuvo muy bien. A pesar de que las habitaciones eran un poco pequeñas, los baños eran nuevos y todo estaba muy limpio. El negocio lo lleva una señora mayor llamada Cathy, muy simpática.


Entrada del tercer B&B

     El resto del día lo utilizamos para recorrer aquel pueblo y cenar tranquilamente en un sitio que se salía un poco del típico pub al que ya estábamos acostumbrados…Aquí Arnau y su pata de cordero.




     Al día siguiente, para el desayuno, también podíamos elegir entre continental y cocinado escocés…y al final todos nos liamos la manta a la cabeza y nos pedimos éste último! ¡Estábamos de vacaciones! La presentación de la mesa, las tazas y los platos con motivos florales, etc. nos dieron a todos la sensación de estar en un verdadero B&B británico.






     Después del desayuno y tras intercambiar consejos de jardinería con Cathy nos fuimos a ver el pueblo de Pitlochry. Muy bonito y también muy turístico. 





     Toda esa zona tiene muchas cosas para ir a ver y también se le podrían dedicar varios días, pero como nosotros no los teníamos (a la próxima), nos lo tomamos con calma y nos pusimos a recorrer el pueblo, sus tiendas, etc. Nuestro paseo nos llevó a pasar por el río Tummel a través de un puente que, aunque estable, se bamboleaba un poco...




     ...y así llegamos a una presa que se construyó alrededor de 1950, cuyo resultado fue la creación del lago Faskally.


Desde la presa, el río Tummel y el puente que pasamos


Loch Faskally

     La estación hidroeléctrica que hay allí es visitable y como curiosidad, para que los numerosos salmones que cada año pasan por allí en su largo recorrido río arriba para desovar, pudieran seguir haciéndolo, se construyó una “escalera” para ellos y pudimos ver algún que otro salmón!


La "escalera" a la derecha. Foto sacada de internet


     Ese día ya volvíamos a Edimburgo y teníamos que dejar el coche por la tarde en el mismo sitio donde lo recogimos. Salimos con tiempo para no tener que ir con prisas…Y menos mal que lo hicimos porque la vuelta se convirtió, sin imaginarlo, en toda una odisea que puso a prueba nuestra paciencia, nuestro aguante, educación y sí, también nuestras ganas de ir al baño.


     Volvíamos a buen ritmo y aunque llovía un poco todo iba bien hasta que empezamos a entrar en el área de Edimburgo. Admito que en gran parte fue mi culpa porque no vi las referencias que me había marcado y así, de repente y sin saber cómo, estábamos perdidos por las afueras de Edimburgo. Estuvimos dando vueltas y más vueltas, con una lluvia cada vez más fuerte y con la hora en que cerraba el sitio de alquiler cada vez más cerca. ¡Menos mal que de gasolina íbamos sobrados, porque ya hubiera sido lo que nos faltaba!

   ¡Pero al final lo logramos! Ahora intento recordar lo que hicimos para volver a encontrar el camino correcto pero no puedo, mis recuerdos son vagos y confusos, pero lo importante es que lo hicimos ¡y sólo unos pocos minutos más tarde de la hora acordada para dejar el coche y sin matarnos los unos a los otros!

     Y así acabó nuestro viaje por Escocia… He de decir que mi padre lo hizo fenomenal con el coche, al final ya era todo un experto y desde aquí quiero darle las ¡gracias!



     Aunque el plan original era que mi padre no condujera, imprevistos de última hora hicieron que le tocara la papeleta. Sé que no le hacía mucha gracia pero a pesar de eso lo hizo sin problemas y gracias a él pudimos visitar sitios encantadores y ver paisajes impresionantes.

     Y gracias también a mi madre, que supo mantener la calma en todo momento y también calmarnos a nosotros en algún que otro momento...A pesar de que al principio ella también estaba nerviosa, nerviosa!!!

    Continuará con los últimos días en Edimburgo...







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